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Toma las riendas.

Cuando el cuerpo pide dirección

by. Mtra. Janeth Arenas


La Mujer Raíz ha aprendido a sostener. Carga con los hijos, con la pareja, con los padres, con la casa, con las memorias de su linaje. A fuerza de ser fuerte, se ha olvidado de sí misma.


Pero llega un momento en que el cuerpo empieza a reclamar: no se trata de cargar más, sino de elegir el rumbo propio. No de avanzar por obligación, sino de caminar desde el corazón.


Mujer Raíz
Mujer Raíz

Cuando una mujer vive dividida entre lo que anhela y lo que “debe hacer”, el cuerpo comienza a reaccionar desde sus cervicales y sus hombros que lo expresan.


El dolor en cuello y hombros aparece como un yugo invisible:

  • El cuello se rigidiza cuando la vida no avanza en la dirección que el alma necesita.

  • Los hombros duelen cuando cargamos responsabilidades que no son nuestras.

El mensaje es claro: “no tienes que sostenerlo todo, solo tienes que sostenerte a ti misma”.


Este síntoma refleja el conflicto interno entre obedecer mandatos y escuchar el propio deseo.


Es el reflejo del miedo a soltar:

  • “Si dejo de sostener, todo se derrumba”.

  • “Si pienso en mí, soy egoísta”.


Pero en realidad, la victoria emocional ocurre cuando alineamos lo que pensamos y lo que sentimos. Avanzar no significa correr más ni cargar más, sino reconciliar las fuerzas internas para que nuestro andar sea elección, no sacrificio.


Acto psicomágico: tomar las riendas

  1. Aplica el aceite esencial de Release en cuello y hombros.

  2. Realiza ejercicios de respiración con el aceite esencial de Release (Young Living)

  3. Busca dos listones largos: uno blanco y uno negro.

  4. Sostén uno en cada mano y respira profundo. Reconoce en voz alta:

    • “El blanco es mi deseo de cuidar y sostener”.

    • “El negro es mi anhelo de libertad y gozo”.

  5. Cruza ambos listones sobre tu pecho y haz un nudo sobre tu corazón. Declara:

    • “Hoy tomo las riendas de mi vida desde mi centro. No abandono ninguna parte de mí”.

  6. Camina con los listones como si guiaras tu propio camino. Siente cómo tus hombros se aligeran.

  7. Deja las cintas en tu rincón o en un lugar especial como símbolo de tu nuevo rumbo.


Un paso más profundo

El cuerpo no miente: cuando duele el cuello y los hombros, lo que pide no es más fuerza, sino dirección.


En Mujer Alquimia, trabajamos estas señales del cuerpo como llaves simbólicas. Cada síntoma revela una herida, un mandato o una memoria que puede transformarse en poder personal.

Si tu cuerpo habla con este dolor, te invito a escucharlo juntas en el camino de Mujer Alquimia. Porque no se trata de sostenerlo todo, sino de elegir tu propio rumbo.

🌿 Tu alma no quiere más peso, quiere dirección.


 
 
 

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